HOMBRES DE SILLAR - Galería de arequipenses ilustres

Los Hermanos Ballón.

Corría el año 1830 cuando los hermanos Chucho y Cucho Ballón cansados de sopontar las golpizas de Su alcoholizado padre, huyeron de su casa llegando al puerto de Matarani en donde se embarcaron en Un barco carguero rumbo a Europa con el fín de cambiar sus vidas marcadas por las deudas y las golpizas.



En Europa, a pesar de sus estrecheces económicas logran desarrollar brillantes carreras de medicina en las prestigiosas universidades de Oxford, La Sorbona y la tenebrosa Universidad de Cracovia.



El éxito les sonrreía cuando fueron deportados por indeseables junto con 2000 africanos y 5000 ilegales. Tras una penosa travesía vuelven a su natal Arequipa donde conocen a su hermanito menor, Puchito, a quien emplearían de conejillo de indias sometiéndolo a los más crueles experimentos e inyectándole toda clase de virus bacterias, bacilos y microbios para ver el efecto de esas porque-rías en el organismo humano. Puchito moriría poco des-pués no sin antes experimentar y sufrir las más terribles mutaciones y dolores que ser humano pueda apechugar.



Fue en uno de esos experirnentos que Chucho y Cucho Ballón reconocieron y aislaron el virus causante del particular modo de ser los habitantes de estas tierras y que llarnaron como Virus Nevatis Arequipensis, haciendo crecer su fama a niveles interprovinciales. A pesar de eso ningún organismo de salud de la época reconoció su descubrirniento, pero a ellos les bastó el apoyo de sus compatriotas para, envilecidos por la fama, dedicarse a una vida llena de excesos. Cucho cayó en las garras del alcoholismo, y murió una fría mañana de agosto. cuando desnudo tras vender sus ropas por un poco de cañazo, las tropas pierolístas lo despanzurraron inmisericordernente.



No menos trágico fue el final de Chucho, quien tras tres matrimonios fallidos, decide casarse con otra mujer la cual fallece poco después. hecho que lo sume en una gran depresión. Vuelve a Europa y da inicio a una inconcebible carrera como stripper y Ia fama vuelve a sonrreirle hasta que una noche, extasiado por el rugir del publico cae del escenario partiéndose la columna. Deprimido y paralítico intenta un retorno a la medicina, pero moriría devorado por cinco mil ratas en su laboratorio mientras estudiaba la peste bubónica.



Es a estos mártires de la medicina a quienes El Gallito rescata del olvido y les rinde su más sentido hornenaje.